El amigo del chaco era político en el pueblo, pero de esos del lejano oeste, con pistola y coca en el bolsillo. Con la cara desfigurá de loco tieso, llegaba a la oficina a chuchá limpia buscando desquite y venganza del pueblo, contra el delegado del gran jefe, otro político con cara tiesa. Así de truco en truco y calores veraniegos, terminaron a combos en el piso, señoras lloriqueando, fractura de tibia y rodilla, alcalde en la prensa, aplausos en la calle al matón, amenazas de baleo, y yo citada de cuando en vez en las versiones.
realismo mágico puro freak bizarro con cuática
así con la ruralidad..
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