
las nubes del fondo del paisaje eran mi cordillera, terminaban blancas y rasgadas en el cielo por un pincel. me hacían recordar lo ajeno de esos campos verdes y lo que me recuerda inmediatamente a mi desierto temido. un destino quebrado por el infortunio de la desgracia ajena y las ansiedades del vivir.
un destino temido también por el escalofrío del futuro, un frío de invierno lejos del desierto, un nuevo invierno para llorar el desconcierto de la íntegra soledad lejos del mar nortino.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario