“Sí , nos desenchufamos de nuestros computadores e hipersupercelulares, para ir a recibir el amor puro e inocente, arremolinados como niños huérfanos en torno al único cuento que queríamos escuchar, pero que nadie nos había querido contar de verdad hasta ahora, el cuento de un amor sin cálculo ni miedo ni sospecha, un amor que bajó como en un sueño en la mirada clemente, pura, como de otro mundo, de una muñeca gigante de madera”.
Cristián Warnken
Febrero 2010
No hay comentarios.:
Publicar un comentario