No se donde se ha ido mi raciocinio, es que a veces es tan etéreo el límite estre la fantasía y la realidad. Me asusta esa incompatibilidad, de pensar que mis conclusiones al final solo eran fantasías, y ya no poder confiar en mi intuición, o solo aterrorizarme de los presagios de mis sueños concretarse en la realidad.
Me asusta ser un ente porderoso, poder contener presagios de una realidad paralela y cruel, que anuncia catástrofes y muertes, desgracias y llantos.
Pero luego veo que solo es de nuevo mi paranoica y miedosa actitud ante el cotidiano caminar. No es nada más, y no tengo ningún poder paranormal.
El levantarse, desayunar y partir a trabajar cada día se transforman en experiencias holísticas, donde se busca y vuelca todo en la comprensión en un pedazo de pan que jamás me hablará.
Mi mente calla y solo enmudece esperando tus respuestas, tus confesiones, tus expresiones, que quizás nunca llegarán.
Por ahora solo me arremeto a cubrir de sabiduría la relación con la muerte, con el llanto ajeno, consiente de los ciclos, del nacer y morir, de mi luna y mi sol. Y otra vez de la muerte, y solo trato de seguir caminando, de seguir descubriendo, y de seguir respirando amor en las calles.
Soy día y soy noche, soy risas estruendosas y llantos exagerados, soy muerte desgarradora y corazón iluminado. Soy un ente híbrido y ansioso de vivir TODO. Sor arpía, soy latina, soy sentimiento, a veces carezco de toda razón.
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