la adicción a vivir intensamente siempre le traía desquicios peligrosos. y ella con una sonrisa imbécil se trataba de convencer de que no lo sabía. casi siempre era así, y cuando lo algo intuía se ponía a prueba para "aprender" de sus límites. así con lágrimas en sus ojos esfuerza una sonrisa para agradecer su tortuoso y bello conocimiento. ella es tan desquiciadamente feliz, q solo finge q llora para parecer un poco más humana. son solo sus noches abstemias, solo que vomitivas, de explosiones cautivas, catarsis y gritos plasticinosos.

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