Ella solo escuchaba la pobre sinfonía pobre.. solo escuchaba el masticar del tiempo, solo persuadía con ímpetu el egoísmo, que con una amplia sonrisa, nuevamente, tendría que volver a resistir..
ella lo sabía, y cruelmente su mismo egoismo, ahora protagonizando un papel bizarro, como su máximo y condenado compañero, enfretando al existir agónico, moribundo, senil, y celosamente robusto, contra su sombra.. de la misma, esclava sinfónica, de aquellas melodías, mundo trémulo, agua tímida y ensordecedora
Sordera de las mismas aguas, aguas las mismas azules! del mismo mar que alguna vez la acogió, del mismo mar que se lo arrebató.. y con la misma incertidumbre nauseosa vuelve a la orilla, una orilla vomitiva, una orilla astillosa, perímetro de sus peores encrucijadas, barrancos de sus mismas pinceladas... nauseosas y espeluznantes, encuentros de gigantes. .
ella lo sabía, sinfonía pobre, sinfonía del alma...un masticar lento como un segundo, un material surrealista como su alma, palabras inconclusas como sus propias suspicacias.. ella puede ser él. y él podría volver.
Soy la reina del desencanto! temanme que los embauco... témanme por que me los trago..
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